Nuestra observación destacada de esta semana es esta ave llamada Curiquingue (Phalcoboenus carunculatus) vista en el Parque Nacional Cotopaxi por el usuario @naturenerd627 !

Este halcón es un habitante de los páramos, bosques montanos y bosques deciduos de la Costa del Ecuador. Presente en América del Sur, este mediano rapaz posee largas patas para caminar entre el páramo. Así suele buscar su alimento, dando saltos de un lado a otro. Es un ave carroñera que también se alimenta de gusanos, semillas, pequeños vertebrados y artrópodos. Su atractivo baile de cortejo es la inspiración para bailes en fiestas y canciones andinas como el famoso “caras, caras, curiquingue”. Esta mítica ave era considerada mensajera sagrada entre la tierra y el cielo por los Incas. Los bailes le hacen honor a la fertilidad de la tierra.

La observación de esta semana viene desde Quito, Pichincha, gracias a @javier_perugachi !
La mosca Zángano Europea es un díptero cosmopolita que mimetiza a la abeja común Apis mellifera tanto en su coloración como en la forma de volar. De ahí que en inglés se la conozca como “Drone fly” por su característico vuelo como un dron suspendido en el aire. Al igual que las abejas, poliniza algunas flores en cultivos así como flores silvestres. Es introducida, mas sus poblaciones no llegan a considerarse plaga; aunque cuando están en estadio de larva pueden llegar a ser una molestia para el ganado y el ser humano ya que estas larvas suelen habitar en charcos con materia en descomposición y, al ser ingeridas accidentalmente, pueden generar la enfermedad de la Miasis.

La observación destacada de esta semana en iNaturalist Ecuador es gracias a David Torres @dawicho !
Registrado en San Vicente, este imponente ceibo está entre los más grandes árboles tropicales, llegando a medir hasta 40 metros de altura. Se encuentra en los bosques secos de la costa de Ecuador y Perú. Son muy importantes para el equilibro ecosistémico ya que son refugio de diferentes animales y plantas epífitas. Sus gruesos troncos, teñidos de verde por los pigmentos de clorofila, no solo realizan fotosíntesis, además albergan una gran cantidad de agua. Algunas personas reportan el uso de las fibras algodonosas de sus semillas para elaborar colchones y almohadas, y de sus raíces y ramas se puede beber un poco de agua fresca. En la foto se alcanzan a observar pequeños incendios probablemente controlados.